BOB DYLAN EN FORMENTERA (2ª PARTE)

(Por Pablo Burgués)

Como ya te conté la semana pasada, el 29 de julio de 1966, el ser humano llamado Bob Dylan tuvo un tremendo accidente de moto cerca de su casa de Woodstock. Tras el piñazo, el chaval estuvo desaparecido de la vida pública y de los escenarios durante casi dos años y hay quién afirma que durante ese periodo de tiempo el cantante estuvo living la vida loca por Formentera.

Cabe destacar que por aquellos años la isla era un auténtico hervidero de beatniks (los hípsters de la época) y existe constancia de que por allí pasaron algunos de los nombres más destacados de la escena artístico-musical del momento: Pink Floyd, Soft Machine, Peter Sinfield , James Taylor, Joel Zoss, Dexter Gordon, Gilberto Gil, Taj Mahal (el músico de blues, no el edificio indio). Ante semejante plantel de figuras no resultaría extraño que Bob Dylan se hubiera pasado en algún momento por Formentera a enredar.

Los defensores de esta atrevida teoría aseguran que el cantante estuvo viviendo ni más ni menos que en el idílico faro de la Mola, edificio que por aquel entonces estaba arrendado por una joven pareja belga, quien a su vez subarrendaba una habitación al artista. Si todo esto es cierto, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que además de reinventar la música folk americana, Dylan también inventó Airbnb.

Y estarás pensando: bueno, si Bob Dylan estuvo una larga temporada residiendo en Formentera habrá alguna foto o algo que lo demuestre. Pues mira tú por donde que no. La única prueba “fehaciente” de su estancia en la isla es el testimonio del ya desaparecido catedrático y ex conseller balear de transportes Don Pío Tur Mayans, quien una y mil veces juró y perjuró haber jugado al ajedrez con el cantante en la fonda Pepe de Sant Ferran.

Sin embargo, hay quién afirma que aquel tipo con el que el entonces conceller se jugaba los cuartos no era Dylan, sino otro moderno americano y residente en Formentera llamado Eric Chefé. Al parecer este muchacho era clavadito al artista y además lucía el mismo corte de pelo y la misma vestimenta, algo por otra parte muy común a finales de los 60, ya que al igual que hoy en día todos los mozos en edad reproductiva van vestidos de Justin Bieber para ver si así consiguen arrimar cebolleta, lo mismito sucedía por aquel entonces con el Bob Dylan Folky Tronky Style.

Resumen: De las 101 personas entrevistadas por este medio para la realización del presente artículo de investigación 50 respondieron que Dylan sí estuvo en Formentera, 50 que de eso nada y el último en dar su opinión fue un señor gallego que dijo que sí pero que lo mismo no. Así pues, de ahora en adelante y hasta que Iker Jiménez ponga un poco de luz sobre este caso, el asunto queda oficialmente en tablas.

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BOB DYLAN EN FORMENTERA

(Por Pablo Burgués)

Uy, uy, uy, uy de lo que me acabo de enterar amigas… Pues resulta que Bob Dylan, el cantante ese de bigotín y sombrero a lo Tío Pepe, estuvo por Formentera a finales de los años 60. ¿Qué cómo es posible que semejante urbanita neoyorquino acabase en una isla perdida del mediterráneo? Pues siéntate paquí que yo te cuento:

Dylan nació en Minnesota el 24 de mayo de 1941 y fue bautizado como Robert Allen Zimmerman. Pero aquel nombre nunca le pareció lo suficientemente chingón al chaval, así que al poco de llegar a la universidad se lo cambió por el de Bob Dylan (en homenaje al poeta irlandés Dylan Thomas). Su primer disco salió al mercado en 1962 y como diría Paulo Coelho: el colega se comió un cagao como la manga de un abrigo. Un año más tarde vio la luz su segundo trabajo, el cual incluía la mítica canción Blowin’ in the Wind y ahí sí que lo petó pero bien.

Desde ese momento la vida personal y profesional del artista se volvió una auténtica locura. En tan solo cuatro años grabó cuatro discos (uno de ellos doble), hizo una interminable gira mundial, estuvo liado con Joan Baez, se casó con la modelo y chica Playboy Sarah Lownds, tuvo un hijo, se enganchó varias veces a la heroína y como traca fin de fiestas, el 29 de julio de 1966, tuvo un terrible accidente de moto que a punto estuvo de dejarlo cacahuete.

El cantante se fracturó varias vértebras cervicales, lo que le obligó a frenar en seco su carrera y su vertiginosa vida social. Y digo yo que menos mal, porque si el tio llega a seguir un par de meses más a ese ritmo deja preñada a Isabel II de Inglaterra, inventa Google y le pone letra al himno de España.

 Tras aquel accidente, Dylan estuvo dos años desaparecido y es justamente en este periodo de cuando se rumorea que estuvo viviendo de incognito en Formentera. Y es por aquel entonces la isla estaba muy pero que muy de moda entre los hípster, hasta el punto de que en el verano de 1968 se llegaron a contabilizaron 1.300 melenudos (frente a una población local que no superaba los 3.000 vecinos).

Ante semejante invasión peluda las autoridades regionales enviaron un escrito a la policía de Formentera que decía así: «Ante la presencia bastante numerosa en estas islas de extranjeros y nacionales de los denominados beatniks, llamando la atención del público en general, con aspecto repulsivo, desaseo en sus atuendos, conducta antisocial e irresponsabilidad económica, se hace preciso proceder a su identificación… con el fin de expulsarlos».

Pues bien, hay quienes afirman que uno de esos “repulsivos” era el ahora Premio Nobel de Literatura Bob Dylan… Sin embargo hay otros que aseguran que esa mentira no es verdad… ¿Quién de ellos tiene la razón? Pues mira, si te portas bien lo mismo la semana que viene te lo cuento.

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PECES DE PLÁSTICO

(Por Pablo Burgués)

El otro día, viendo ese programa de humor y ciencia ficción llamado Informativos Telecinco, me enteré de que según los expertos en 2050 habrá en el mar más plásticos que peces. Estos mismos señores también afirman que a día de hoy la cantidad de residuos plásticos en nuestros océanos es de 150.000.000 de toneladas.

No sé a ti, pero a mí cuando me hablan de cantidades de más de tres ceros el cerebro se me cortocircuita, así que por mucho que lo intentaba no era capaz de imaginar cuanto plástico era aquel.

Como soy una persona inquieta y ávida de conocimiento (lo que en mi pueblo se conoce como un tío con mucho tiempo libre), tras ver aquella noticia abandoné mi amado sofá y me lancé a las calles de Ibiza en busca de respuestas. Para encontrarlas llevé a cabo un riguroso experimento: compré una botella de agua de litro y medio, me la bebí y una vez vacía la puse sobre una báscula de precisión que tiene un amigo mío para cosas suyas que ahora ni vienen al caso… El peso exacto de aquel envase eran 45 gramos, cantidad entre la que dividí los 150 millones de toneladas de basura y voialá: 3.333.333.333.333,33 (o lo que es lo mismo, que ahora mismito hay más de tres fucking BILLONES de botellas de plástico de 1.5l. flotando por los mares del mundo L)

 

Si nos centramos en el Mediterráneo la cosa no pinta mucho mejor, ya que se calcula que el 72% de toooooda la basura anual recogida en tooooodas sus playas es plástico. Esto, además de estar muy feo, está provocando que cada vez más ejemplares de especies como la tortuga boba estén muriendo por la ingesta de este material. Y tú dirás: “Al bicho ese no le podían haber puesto un nombre mejor, porque la verdad que hay que ser muy boba para comerse eso”. Pues bien, que sepas que tú y yo, homo sapiens sapiens con estudios y un master de la Universidad Rey Juan Carlos, también nos estamos poniendo finos a plástico every day

Y es que cuando hablamos de que una tortuga o un pescado “comen” plástico, no nos referimos a que estos animales se metan un bocata de media barra de botes de detergente entre pecho y espalda, sino que se trata de la ingesta involuntaria de cientos de minúsculos trozos de plástico en semi-descomposición que se encuentran flotando por el mar. Estos desechos se van acumulando día a día en sus cuerpecitos y cuando nosotros nos los comemos, toda esa basura va a parar a nuestras panzas.

¿Qué por qué te cuento todo este rollo? Pues porque Greenpeace quiere dar el toque a la Ministra de Medio Ambiente para que ella y sus colegotes europeos hagan algo para solucionar el grave problema de los plásticos en el Mediterráneo. Y yo he pensado que a lo mejor tú tienes por ahí una firma que no uses mucho… Y que tal vez se la puedas prestar a estos chavales… Y que lo mismo todas juntas sirven para algo… Y eso, que aquí te dejo el enlace a su web por si tú también te has levantado hoy con el pie optimista.

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ESA COSA VERDE CON PINCHOS (2ª PARTE)

(Por Pablo Burgués)

La semana pasada os hablé de la vida interior de los cactus, esos simpáticos amigos pinchudos que alegran los jardines y campos ibicencos. Pues bien amigas, esta semana voy a seguir dando la matraca con lo mismo. ¿Cómo que por qué? Pues porque el tema es interesantisisísimo y porque además os encantan los cactus y porque el balón es mío y San Seacabó.

Visto que a los cactus les gusta menos el agua que a Charlie Sheen, podríamos pensar que estos seres provienen del continente con más secarral por metro cuadrado del planeta: África. Sin embargo, estudios científicos demuestran que la inmensa mayoría de ellos son originarios de América del Sur. ¿Y eso? Pues parecer ser que hace 40 millones de años (año arriba, año abajo) Sudamérica sufrió un cambio climático que convirtió el lugar en un enorme desierto. Ante semejante calufa, las plantas empezaron a morir, pero hubo algunas muy cracks que mutaron sus hojas convirtiéndolas en pinchos. Estos, al ser muy finos, reducen el área de exposición al sol de la planta por lo que esta acumula menos calor y además hacen las veces de mini desagües que recogen las pequeñas gotas del rocío de la mañana y las dirigen hacia el tronco del cactus, lugar donde este almacena el agua.

¿Que cómo llegaron los cactus a Europa y al resto del mundo? Pues gracias a los culos de las aves… me explico. Al parecer a los pájaros les flipan los frutos de los cactus, los cuales están llenos de pequeñas semillas. Así pues, después de comer, estos bichos echan a volar con sus tripitas llenas y tras varias horas de digestión lo ponen todo perdido de semillas de cactus (con su abono All Included).

Y como no sé qué más contarte y me pagan por post de 500 palabras, pues como que os voy a contar una bonita fábula sobre el amor y los cactus:

Érase una vez un hombre que tenía un enorme dilema moral: seguir viviendo tranquilamente y sin sobresaltos con la misma señora con la que llevaba casado más de 30 años; o largarse a vivir la vida loca con su flamante nueva amante de 28 primaveras.

Como el tipo no era capaz de decidirse fue a pedir consejo a un sabio, el cual le mostró dos flores: una rosa y un cactus. ¿Con cual te quedarías? le preguntó. A lo que el hombre respondió: Con la rosa que es más bonita. Tras lo que el sabio, que además de muy listo era un poco baja puntos, dijo: Si amigo, la rosa es muy bella pero también muy frágil y todo lo que tiene que ofrecerte pronto se marchitará. Sin embargo el cactus es fuerte y se mantendrá firme a tu lado a pesar de las adversidades. Así que ahora dime, ¿con cual te quedarías?

 

Tras aquella esclarecedora charla el hombre se fue corriendo a su casa y le dijo a su mujer: ¿Mari Carmen, sabes contar? pues a partir de ahora no cuentes conmigo. Acto seguido se compró un descapotable rojo y se largó con la jovenzuela vete tú a saber dónde.

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ESA COSA VERDE CON PINCHOS

(Por Pablo Burgués)

Si hiciésemos un ranking de los seres vivos mejor adaptados a las altas temperaturas y al tremendo solapio del verano ibicenco, la medalla de oro sería sin duda para nuestros queridos amigos los cactus (seguidos muy de cerca por las lagartijas y los turistas británicos).

Detrás de su amenazadora apariencia exterior llena de pinchos, estas criaturas verdes esconden un corazoncito la mar de tender que las ha convertido en los habitantes más queridos de los jardines mediterráneos. Sin embargo, a pesar de que la Ibiza está plagada de ellos y de me los encuentro a diario, cada vez que veo uno me hago la misma pregunta: ¿de donde diablos habrán salido unos bichos tan extraños?

Pues bien, hoy me he armado de valor y me he metido en Internet en busca de una respuesta. He ido derechito a Wikipedia (porque sí, porque estoy mú loco) y allí me he encontrado con esto: «pertenecen a la familia de las cactáceas…», «Crecen en climas xerófilos…», «Sus flores son actinomorfas y zigomorfas…» ¿Pero qué idioma habla esta gente por Dios?. Es más fácil entender un Corán en Euskera que esto!!!

Ante semejante sin dios decidí dejarme de estúpidas y vacías explicaciones científicas y me fui a consultar páginas web serias, las de leyendas y esoterismo. ¡Qué diferencia chico! Esa gente sí que habla clarito y además maneja información contrastada y de calidad. Y como muestra de ello aquí te dejo su elaborada teoría sobre el origen de los cactus:

Hace muchos cienes de años, en la lejana e inhóspita región de Catamarca (norte de Argentina) había dos tribus que estaban todo el santo día dándose de palos: los Huasanes y los Mallis. Pero mira tú por donde que al llegar la primavera, cupido lanzó dos flechas de amor sobre aquellas tierras. Su mala puntería (o su mala baba) quisieron que una de ellas impactara sobre Munaylla, la hija del jefe de los huasanes y la otra sobre Pumahima, el hijo del jefe de los Mallis… Movida al canto amigas.

Tras una larga temporada amándose en secreto, la pareja decidió huir lejos de allí en busca de un lugar donde poder dar rienda suelta al amor (y a lo que no es amor). Pero parece ser que al padre de ella la noticia de la huida le sentó regular y acompañado de sus soldados salió a la caza de los amantes.

A la mañana del quinto día, cuando los jóvenes estaban a punto de ser alcanzados por sus perseguidores, ambos comenzaron a rezar pidiendo auxilio a la diosa Pachamama. La madre tierra, que es más enrollada que Will Smith y Pablo Motos juntos, vino en su ayuda convirtiendo a Pumahami en un cactus y escondiendo en el interior del mismo a su amada Munaylla.

Una vez pasado el peligro, la Pachamama se dispuso a deshacer el hechizo, pero los muchachos le dijeron que allí metidos estaban más a gusto que en brazos y pidieron quedarse así forever. Para conmemorar el triunfo del amor, cada primavera los cactus del mundo florecen y regalan sus flores a la diosa naturaleza.

 

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BOB MARLEY EN IBIZA (3ª PARTE)

(Por Pablo Burgués)

Lo juro, lo juro y lo vuelvo a jurar. Hoy no me voy a enrollar contando batallitas sobre la cultura rastafari como hice en la entrega pasada, ni tampoco me voy a ir por las ramas hablando de sombreros-embudo dogones como lo hice la anterior. Esta vez prometo centrarme y hablar única y exclusivamente del asunto que nos ocupa: el concierto que dio en Ibiza Bob Marley, el Leo Messi del reggae.

Y hablando de reggae… Este dicharachero estilo musical nació en la década de los 60 en la díscola Jamaica, más concretamente Trenchtown, uno de los barrios más pobres de la ciudad de Kingston. Allí, unos cuantos jovenzuelos que escuchaban emisoras de radio estadounidenses comenzaron a fusionaron la música folk tradicional jamaicana con estilos americanos como el rythm & blues o el jazz… ¿Que qué tiene esto que ver con la actuación de Mr. Marley en las islas pitiusas? Pues entre poco y muy poco, así que retomemos…

El anuncio del concierto de Bob y sus colegotes The Wailers en Ibiza fue un bombazo a nivel nacional, ya que aquella iba a ser la primera vez que los chavales actuaran en España. El día previo al concierto, el cantante fue entrevistado por dos reporteros de televisión española que fueron enviados hasta Sant Miquel, pueblo donde se alojaba el artista y toda su troupe (puedes ver esta lisérgica entrevista pinchando AQUÍ)

Pero pese a la enorme expectación que generó el evento y a que hordas de hípsters patrios vinieron hasta Ibiza a ver el show, no se colgó el cartel de «no hay entradas». ¿La razón?:

1- Que por aquel entonces no había mucho moderno en Ibiza y la gran mayoría de los locales no tenían la más remota idea de quién era ese señor peludo que venía a dar el cante.

2- Que el precio de las entradas estaba por las nubes: 1000 pesetazas de las de antes (seis euritos de los de ahora). Ya, ya sé que con ese dinero hoy no tienes ni para un cuarto de Gin Tonic en Pachá, pero entonces 200 duros te daban para comerte cinco veces la carta completa de sándwiches y cervezas del Töro Bar de Sant Antoni de Portmany y te sobraba dinero para dar la entrada de un piso.

Y así, a las 22 horas del día 28 de junio de 1978, Bob Marley saltaba al ruedo de la monumental de Ibiza e interpretaba uno a uno todos sus hits. El concierto fue un éxito de crítica y público y en la retina de todos los asistentes quedará para siempre la imagen del enorme León de Abisinia que decoraba el escenario. Y hablando del León de Abisinia… Esta subespecie de felino endémico de Etiopía tiene la peculiaridad de tener la melena negra y es para los rastafaris un bicho sagrado. De hecho hay quien dice que el peinado rasta es en realidad un homenaje a las greñas de este animal…

Y bueno, que me voy a ir pirando porque me estoy desviando del tema otra vez y si te descuidas termino hablándote de las doce tribus de Israel y tampoco es eso.

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BOB MARLEY EN IBIZA (2ª PARTE)

(Por Pablo Burgués)

Como te iba diciendo la semana pasada, en junio de 1978 Bob Marley vino a tocar a Ibiza y la primera cosita que salió de sus labios al poner un pie en el aeropuerto fue la palabra «Rastafari». Este es el nombre de una religión nacida en Jamaica y cuyos seguidores, Bob Incluido, lo flipan muy pero que muy duro con Etiopía. ¿Qué por qué eligieron este país y no otro más fresquito? Yo te cuento…

Según la revista de cotilleos y ciencia ficción más vendida de la historia, La Santa Biblia, la reina de Saba viajó a Jerusalén en el año 700 a.C. con la intención de «conocer» al influencer más molongui del momento: El rey Salomón. A pesar de que el chaval tenía más de 600 esposas «oficiales» tuvo por bien hacer un hueco en su apretada alcoba para atender en profundidad a su nueva invitada.

Este caluroso encuentro quedó recogido en el antiguo testamento en los siguientes términos: «Y dióle el rey Salomón a la reina de Saba todo lo que a ella se le antojó pedirle, además de lo que él, en su magnanimidad, ya le había regalado». Y lo que el maniroto monarca ya le había regalado a la bella damisela no era otra cosa que un bonito bombo del que 9 meses después salió Menelik I, fundador de Etiopía.

Unos siglos más tarde, más concretamente en 1930, el nosecuantostataranieto de este señor, un tal Ras Tafari Makonnen, fue nombrado emperador de Etiopía. Este hecho fue tomado por la comunidad rasta como el cumplimiento de una vieja profecía que aseguraba que la liberación de la raza negra comenzaría el día que en África se coronara a un rey de negro. Y así fue como el Tafari este se convirtió en el Jesucristo superstar de los rastafari y Etiopía en su tierra santa.

Hay dos rasgos identificativos que nos dicen que un rastafari es de fiar: uno, que lleve su pelo adornado con largas rastas y dos, que fume marihuana por pales. Y es que según estos señores la ganja es una planta sagrada que ayuda al ser humano a conectarse con Dios (se ve que el pobre no tiene whatsApp). Esta es la razón por la que esta religión aboga por la legalización mundial del cannabis, añadiendo además que al tratarse de una sustancia completamente natural no puede ser mala para la salud…

Con todos mis respetos he de decir que este último punto me parece un tanto atrevido, ya que hay por ahí bastantes cosas que da la naturaleza y que son cuanto menos regulares. Y si no líate un piti de uranio y verás tú que risas.

Y nada, que me he liado a hablar del universo rastafari y al final no te he contado ná de ná del maravilloso, soleado y económico concierto de Bob Marley en Ibiza… Bueno, pues si te parece ya entramos en detalles la semana que viene, que esta gente se querrá acostar.

Continuará…

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BOB MARLEY EN IBIZA (1ª PARTE)

(Por Pablo Burgués)

El pasado 28 de junio se cumplieron 40 añitos del histórico concierto que Bob Marley & The Wailers dieron en la hoy desaparecida plaza de toros de Ibiza. Así que, qué mejor excusa que esta para adentrarnos en la leyenda del que ha sido y por siempre será, el músico con mejor pelazo de la historia del rock. Vamos pallá.

Lucía una maravillosa y soleada mañana del verano de 1978, cuando un jovencísimo y risueño Robert Nesta Marley aterrizaba en el aeropuerto de Eivissa. Aquella iba a ser la primera vez que el músico jamaicano actuara en España por lo que su visita generó un revuelo de miedo. Televisión Española cubrió su llegada a la isla y en su reportaje (que puedes ver AQUÍ) se ve a un risueño y despistado Bob Marley bajar del avión con sus características rastas y un gigantesco y misterioso embudo puesto sobre la cabeza!!!!

He estado haciendo periodismo de investigación del bueno por el interné y he descubierto que el artilugio en cuestión es en realidad el gorro típico de una tribu de Mali llamada Los Dogones. Aunque en aquella ocasión, no hubiera estado de más añadirle al nombre una «R» entre la «D» y la «O», a juzgar por los ojillos de soldar sin careta que Mr. Marley traía bajo el sombrero.

Tras el cantante se ve bajar del avión a un séquito de 19 personajazos a cada cual más sospechoso de algo. Vamos que de haber existido por aquel entonces el programa Control de aduanas hubiera tenido material para hacer un especial 24h con los equipajes de aquella gente. Sin embargo y por extraño que parezca, a ninguno de los muchos miembros de seguridad del estado que andaban ese día por el aeropuerto le pareció oportuno cachear a los chavales…

La razón, según las crónicas de la época, es que la Guardia Civil de la isla tenía orden estricta de no registrar a ninguno de los pasajeros de aquel avión, aún a sabiendas de que aquellos respetables señores llevaban tanta hierba encima que parecían venir de segar el estadio Santiago Bernabéu.

Cuando finalmente los reporteros de Tve consiguieron acercarse al cantante con la noble intención de entrevistarlo, este solo acertó a decir una palabra: «rastafari», que es el nombre de la religión a la cual Bob y todos sus animados colegotespertenecían.

Este movimiento espiritual y político, fundado en Jamaica a principios del siglo XX, luchaba por conseguir la igualdad de derechos entre blancos y negros y poner así fin a siglos de esclavitud. El utópico objetivo final de la comunidad rastafari era que toda la raza negra dispersa por el mundo regresara de nuevo a África y más concretamente a Etiopía. ¿Qué por qué este país y no otro? Pues agárrate, porque si Juego de Tronos te pareció un culebrón, Juego de Rastas te va a dejar muerta.

Pero eso te lo contaré la semana que viene.

 

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TODO LO QUE SÉ SOBRE LA SOBRASADA

(Por Pablo Burgués)

¿Qué hace un ser humano de gama media cuando al sacar un calcetín de la lavadora descubre que este está vuelto del revés? Muy sencillo, mete la mano hasta el fondo por el agujero de la prenda y con un movimiento certero saca pa fuera todo lo que antes estaba pa dentro. Pues bien, haz lo mismo con un cerdo y tendrás una rica sobrasada. Porque este alimento, al igual que su primo el chorizo o su yerno el salchichón, es básicamente eso, un gorrino vuelto del revés (tripa por fuera y carne por dentro).

Ya, ya sé que dicho así en frío el asunto puede sonar un poco disgusting, pero como bien sabes las cosas más disgusting suelen ser siempre las más sabrosing. Y una vez hecha esta ilustrativa y desternillante introducción, permíteme que pase a narrar todo aquello que sé al respecto de este divertido alimento.

La sobrasada es, junto con la ensaimada y Rafa Nadal, el producto típico más laureado de las Islas Baleares. Su elaboración es muy sencilla y consiste en seleccionar las partes más ricas del cerdo, triturarlas, añadirles sal y pimentón y meterlo todo dentro de una tripa del propio bicho.

¿Qué a quién se le ocurrió semejante ida de olla? Pues parece que todo comenzó allá por la antigüedad, donde ante la falta de frigoríficos se vieron obligados a encontrar algún modo de conservar la carne por más tiempo. Así nació el bello arte del embutido.

Más tarde el Imperio Romano introdujo esta técnica en Baleares con gran éxito de crítica y público, pero con la anexión de las islas al Califato de Córdoba se acabó lo que se daba (ya sabemos todos lo tiquismiquis que son los musulmanes con todo lo que termina con la palabra cerdo).

En 1229, Jaime I de Aragón reconquista Mallorca y es entonces cuando los embutidos, así como la panceta, la mortadela con aceitunas y demás delicadezas que alegran la existencia a los cristianos, empiezan a campar a sus anchas por los estómagos y arterias de mallorquines, menorquines, ibicencos y formenteranos. Sin embargo, tendrían que pasar algunos años más hasta que apareciese la sobrasada tal y como hoy la conocemos.

La primera referencia que se tiene sobre ella aparece en un documento del año 1403 en el que el Rey Martín I de Aragón pide a su hijo (que se va de turné por las islas) que le traiga unas sobrasadas. Nace de este modo el primer suvenir de la historia.

Pero la fecha marcada a fuego en el calendario de este alimento es el siglo XVIII, momento en el que el mundo sobrasadil ficha en el mercado de verano a todo un revulsivo gastronómico: el pimentón. Este condimento originario de América se obtiene tras el secado y molido de ciertas variedades pimiento rojo y es el responsable del color y el punto picantón de nuestra querida sobrasada.

Y esto es todo lo que tengo que decir sobre el tema.

 

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¿Por qué el mar es azul, oiga?

(Por Pablo Burgués)

Una de las cosas que deja ojipláticos a todos los seres humanos que visitan Ibiza es el impresionante color azul turquesa del mar. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué diablos estas aguas tienen esos tonos tan chupi piruleta?.

Si tu respuesta ha sido afirmativa sigue leyendo este artículo, ya que en él encontrarás la respuesta a toditas todas tus dudas. Si por el contrario tu respuesta ha sido “yo no pierdo el tiempo haciéndome esas estúpidas preguntas”,entonces deja de leer esto, baja al kiosco, compra el Marca y/o el As y sigue exprimiendo tu vida a tope. Y sin más dilación, continuemos con los que nos ocupa.

Hay una creencia muy extendida que afirma que el océano es como un gigantesco espejo y que es azulado porque refleja el color del cielo. Error, error, ya que si esta teoría fuera cierta los días nublados el mar sería blanco como las nubes y esto amigas, no es asín.

La verdad verdadera es que el agua (ya sea del mar, del río o del mismísimo wáter) no es azul, sino transparente y el color que ven nuestros ojos no es más que un efecto óptico causado por el modo en que la luz incide sobre ella. ¿Cómo te quedas? ¿Tó loco verdad? Bueno, que no panda el cúnico, porque voy a tratar de explicar la movida de un modo más sencillito a ver si así la pillas (y de paso a ver si la pillo yo también, porque es un movidón de cuidado). Vamos al lío.

Al parecer la luz está compuesta por tres colores primarios, verde, azul y rojo y cada uno de ellos tiene una longitud de onda distinta. Cuando la luz choca contra un objeto, dependiendo de su composición química, este absorbe un tipo de ondas/colores y refleja el resto. Las que absorbe no los vemos ya que es como si el objeto se las tragara. Las que no se zampa rebotan en su superficie y llegan hasta nuestros ojos a modo de colores.

Así pues, cuando una cosa es blanca y pura (por ejemplo el Papa Francisco) significa que esta no absorbe ningún tipo de ondas, ya que el blanco no es otra cosa que la mezcla los tres colores primarios a full. Por el contrario, las cosas negras (por ejemplo Darth Vader) no le hacen ascos a ninguna onda y así les va a los pobres, que no reflejan color ninguno.

Volviendo al tema del mar, a pesar de que como hemos dicho el agua es incolora, esta cualidad cambia cuando la encontramos en grandes cantidades y mezclada con sal y carbonato de calcio. Esta combinación de elementos absorbe las ondas largas (rojos, naranjas y amarillos) y refleja las cortas (verdes y azules). De ahí que las partes más profundas del océano sean de un azul muy oscuro y la orilla prácticamente transparente.

En el caso de Ibiza, a todo esto hay que sumarle que sus fondos marinos están repletos de posidonia, una planta acuática que, como todas las plantas decentes, es verde. La combinación de este color con el azul es la razón de que nuestras aguas tengan esos matices turquesa que le dejan a una muerta.

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